Un Secreto de Amor (Morby) Cap 5

Capítulo 5: Cuéntame tus problemas

Rigby empezó muy mal las clases desde aquel fatal día. Definitivamente todo ese transcurso había sido un martirio. Además de que no le gustaba para nada el estudio, no soportaba las clases de Matemática. No solo porque le iba pésimo en la materia y siempre había sido un desastre con los números, sino también por el profesor que le había tocado. En cada clase, podía sentir como Jeremy posaba penetrantemente sus ojos sobre él, sin dejarlo concentrarse en lo que hacía, por lo cual, Rigby siempre tenía dudas de los temas y los parciales lo dejaban muerto.

Al principio pensó que podía ser solo su imaginación, pero no, no lo era, porque cada vez que sentía aquella mirada dirigida hacia él, levantaba la vista y casualmente era su profesor quien lo miraba ya fuera de reojo o directamente mientras daba clase. Pero había otra cosa, esas miradas no irradiaban molestia, enojo o desaprobación, más bien, eran miradas de satisfacción y en algunas ocasiones, parecían ser de deseo o coqueteo. Rigby no entendía nada y hubiese dado todo en el mundo porque aquellas miradas fuesen de molestia o enojo. Ya nada estaba bien. Su integridad física y mental ahora se encontraba bajo el acoso de su profesor.

Lo único que le hacía feliz en esas horas de encierro y pesar sin fin, era pensar en que Mordecai lo esperaba en casa, pero eso tampoco ayudaba mucho. El pensar en Mordecai y el que este lo estuviese esperando en el parque, lo hacían tener ataques de ansiedad frecuentes, lo cual empeoraba la situación haciendo que quisiese largarse de ahí inmediatamente, sin importar a quien tuviese que tirar o traspasar.
Pero a pesar de que la Preparatoria ya se había convertido en una pesadilla total, Rigby no quería dejarla, pues se había prometido a sí mismo que fueran cuales fueran las circunstancias, no se daría por vencido de nuevo y esta vez, aun siendo acosado visualmente, terminaría lo que había empezado.

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Mientras tanto en el parque, Mordecai se sentía muy solo en aquellas tardes lejos de Rigby, especialmente cuando éste hacía trabajos extra-escolares y llegaba ya muy entrada la noche. Él hubiera preferido que se quedara en casa, con él. No le importaba que no supiera cuanto era dos por dos, él lo quería así como era: Tonto, ingenuo, inocente, arrogante y confiado. Así era como él quería a Rigby. A su pareja.

Uno de esos tantos días en los que Rigby se quedaba en la Preparatoria haciendo trabajos extra-escolares, Mordecai se encontraba barriendo las hojas del parque con extrema tristeza. Era tanta su depresión, que tenía los ojos humedecidos pensando en el momento en que podría ver a Rigby, decirle que dejara todo aquello del estudio, que a él no le importaba en lo absoluto y así poder abrazarlo, besarlo y no soltarlo nunca más.

Fueron tan profundos sus pensamientos y tanta su desesperación, que no lo resistió más y comenzó a llorar dando respiros entrecortados. Soltó la escoba y se sentó contra un árbol, escondiendo su cara entre sus piernas y sujetando sus rodillas con sus manos.
A pesar de que él no era el tipo de persona que llorase muy frecuentemente, ni que demostrara tan abiertamente sus malos pensamientos ya fuesen tristes o de enojo, su corazón fue el vencedor en la batalla contra su mente.

Sumido en sus pensamientos, logró escuchar unos pasos que venían hacia él, pero no les dio importancia pensando en que probablemente sería Benson y siguió con su depresión. No fue sino hasta que escuchó una voz que le pareció conocida, que levanto la vista un poco aun sin tener una imagen clara de la persona que ahora se encontraba parada frente a él.
¿?: ¡Hey! ¿Te encuentras bien? ¿Por qué lloras de ese modo?
M: Porque… él no está conmigo…- Mordecai volvió a esconder su cara entre sus piernas.

¿?: ¿Quién no está contigo?- La voz se fue acercando y Mordecai logró sentir como esa persona se sentaba despacio junto a él.
Comenzó a ponerse algo nervioso de no saber quién estaba a su lado, de modo que levantó la vista y la sorpresa que se llevó fue tal que dio un pequeño salto hacia atrás. ¿Sus ojos le estaban jugando en contra? O en verdad, era quien creía…

M: ¡Cha-Chad! ¿¡Qué estás haciendo tú aquí!?- Mordecai no salía de su impresión. Hacía bastante tiempo que no veía ni sabía de Chad, no desde que él y Jeremy intentaron quitarles sus trabajos a Rigby y a él.

C: ¿Eh? ¿Qué acaso no puedo venir aquí para relajarme y tomar aire fresco? Tu reacción ha sido innecesaria Mordecai, no soy el mismo de antes. Además, me siento muy mal mental y físicamente como para discutir o aclarar cosas contigo.- Mordecai volvió a acercarse lentamente a Chad y efectivamente pudo comprobar que el aura que tenía ya no era la misma. De un modo o de otro, él había cambiado.

M: Lo siento y volviendo a lo de relajarte y tomar aire fresco, ¿Qué clase de problemas tienes? ¿Por qué dices sentirte tan mal?- Chad se acercó un poco más a Mordecai y comenzó a explicarle las cosas.
C: Verás, yo soy profesor de Informática en Software y computación en la Preparatoria Aida que es la misma donde Jeremy enseña Matemática, pero… el problema radica en que nos distribuyeron en diferentes horarios. El da clases en la tarde y yo en la mañana, por lo que casi no nos vemos. Nosotros compartimos una casa, por el dinero del alquiler, pero ese no es un problema. El problema está en que  cuando yo me voy, él está durmiendo, y cuando yo vuelvo, el ya no está. Casi nunca nos vemos ni hablamos mucho, en la noche los dos estamos cansados y nos vamos directo a dormir. Es la misma rutina todos los días. Es mi mejor amigo, no lo quiero lejos de mí y me siento muy mal por ello.- Mordecai se quedó sin habla. Chad, su "enemigo", había aparecido de la nada, contándole sus problemas y la casualidad sentaba en que el comprendía como se sentía en esos momentos. Él se sentía agobiado por estar lejos de Jeremy y Mordecai se sentía mal por no tener a Rigby a su lado.
Lo raro era que si ambos hubiesen estado bien, Mordecai jamás hubiera dejado que Chad se le acercara, y este, a su vez, jamás se hubiese decidido a compartirle sus problemas.

M: Pues, ¿Sabes algo? Me pasa exactamente lo mismo, solo que mi problema es con Rigby. Él estudia en la Preparatoria donde tú y Jeremy dan clase y bueno, tal parece  que es profesor de Rigby.- Mordecai mira fijamente a Chad y este le responde con una sonrisa.

C: Así es. Por lo poco que eh podido hablar con Jeremy, también me enteré de que Rigby es alumno suyo. Oye, sé que es algo repentino y sé que también eh aparecido casi de la nada pero, ¿Quisieras ir al cine conmigo para pasar el rato? Estoy muy aburrido y escuché que hay una película estreno, así que…-
M: Sí. – Mordecai contestó sin vacilar. Debía hacer algo para olvidar la ansiedad que tenía de ver a Rigby.

Ch: ¿Sí? ¿No tienes alguna otra cosa que hacer?- Chad se sorprendió de la rapidez que tuvo Mordecai para poder contestarle. Nunca hubiese imaginado que este diría que sí.

M: Sí y no te preocupes, ya no tengo ningún deber pendiente. Además, creo que salir un rato nos ayudará a ambos a olvidarnos un poco de los problemas.- Mordecai miró a Chad y le regalo una sonrisa sincera y amistosa.

Ch: ¡Genial! Tienes razón, servirá para olvidar las penas. Además, será como una cita entre amigos.- Chad se levantó y le ofreció su mano a Mordecai y éste la sujetó con firmeza para poder levantarse.

Sin chistar ni dudar siquiera un poco, Mordecai tomó las llaves del carrito de golf y subió junto a Chad. Aún si era solo para olvidar las penas y despejar su mente unos momentos, su mente no lo dejaba tranquilo y su subconsciente repetía una y otra vez las mismas palabras.

No tardó mucho en darse cuenta que ahora, indirecta y repentinamente, tenía una cita con Chad.